martes, 26 de enero de 2010

El niño y la Escuela.



Niños y niñas viven en su mundo y viven un mundo aprendiendo desde que nacen, disfrutando y asombrándose de lo nuevo que van encontrando; su mirada va de lo más cercano a lo lejano. Así van incorporando mundos de otros con distintas visiones y versiones mientras los conversan. Aprenden a sus ritmos e intereses y, mientras perciben su entorno, regalan y acogen nuevos saberes en las relaciones sociales que van generando.



La educación no sólo se vive en la escuela, por eso, la escolarización sólo tendrá sentido si deja nacer sus potencialidades. La escuela necesita de una atmósfera nutricia, una pedagogía de la pregunta y una cultura dialógica que favorezca un aprender compartido, gozoso, acogedor de inquietudes y propulsor de iniciativas y autonomías, invitante a manifestar su asombro, a buscar y cuestionar conocimientos y que sea garante de un vivir escolar sereno y respetuoso de expresiones individuales y sociales que les aproximen a prácticas de tolerancia, propias a una humanidad habitada por diversidades.


Los niños tienen otra concepción del espacio y del tiempo y incluso de los objetos y de ellos mismos. El espacio donde se interrelacionan es visto siempre des de un ámbito egocéntrico y muy personal igual como pasa con el tiempo y el conocimiento de las cosas, del medio y del entorno dónde viven. Los niños tienen inquietudes, dudas, miedos y alegrías igual que los adultos. Tenemos que partir de qué los niños todavía no son hombres hechos porque los falta mucho por aprender. Quizás por esto podríamos decir que son "hombrecitos"; unos hombres pequeños e inocentes pero, sin embargo, que tienen los mismos sentimientos que los adultos.


Ahora bien, era necesario recordar aquí aquel famoso dicho que dice que "cada niño es un mundo". Y es verdad. Cada niño tiene una manera de hacer, de pensar diferente a la de otro niño. Y, por esto, cada uno de ellos se forma una idea diferente de quién es él, como es él y como son los otros, y con respecto a la percepción del mundo es necesario decir que cada niño la ve de un modo muy egocéntrica.


Cuando el niño experimenta y va conociendo su entorno desde los primeros meses de su vida, a veces tiene una visión bastante distorsionada del mundo y de la realidad en la que vive y, por lo tanto, necesita de alguien que lo guíe por el buen camino de la vida y es aquí dónde tiene mucho que decir el maestro.


Por lo tanto, la educación del niño es fundamental desde el punto de vista del desarrollo general del niño. En este proceso educativo el niño del parvulario aprenderá nuevas concepciones de la vida, pero sobre todo es necesario tener en cuenta que la escuela, aunque es el eje fundamental de la formación del niño, no tiene que privarlo de las cosas que más le gusta hacer al niño como es el hecho de jugar, porque la escuela, aparte de enseñar, nunca tiene que dejar de lado las necesidades fundamentales de los niños.


Pero tenemos que decir que el niño a medida que va creciendo, va conociendo cosas y en vano reteniendo una idea de cada una de ellas, aunque a veces estas ideas suelen ser confusas o distantes de la realidad. Por esto, y para poder solventar este "problema", será necesario esperar que pasen años y será necesario sobre todo una ayuda exterior (la escuela) que facilitará que el niño se dé cuenta de todo lo que es y lo que no es.



Es necesario decir, además, que el niño desde bien pequeño es un ser consciente de que va conociendo cosas y va adquiriendo ideas muy genéricas sobre todo aquello que ve y palpa con los sentidos. Es un conocimiento diferente del de los adultos pero es igualmente válido porqué, sin este conocimiento, el niño nunca llegaría a un conocimiento posterior de la realidad y de él mismo. El infante cree que él es el centro de todo y de todas las cosas; es pues, un conocimiento egocéntrico (recordamos aquí la teoría de Piaget y Vigotski).


De este manera tenemos que dejar claro que el comportamiento de los niños y su personalidad los hace actuar de formas diferentes entre ellos y, a la vez, conocerán el mundo de formas diferentes, esto sí, analizando el mundo paso a paso.


En fin, se tiene que decir que tanto la familia como la escuela son dos focos importantísimos y necesarios por la educación del niño porque tanto el uno como el otro ayudan al niño a conocerse mucho mejor a él mismo, a los otros y al medio social y natural en el que vive.


lunes, 25 de enero de 2010

El valor de Educar




El valor de educar de Fernando Savater



Dicho libro, escrito por Savater, se centra en responder a una serie de preguntas englobadas a la educación, es decir, en enseñar a ser maestro.

Para esto, en primer lugar destaca el aprendizaje humano, afirmando que la solidaridad existe en toda persona muy humana, con lo que hay personas que llegan a ser humanos y otras no, pues nacemos humanos pero sólo llegamos a ser en plenitud cuando los demás nos contagian su humanidad a lo largo de nuestra vida.
Por esta razón, lo primero que se requiere para enseñar es “haber vivido” (comunicación con los demás).

No obstante, el aprendizaje está ligado al tiempo, ya que todo aprendizaje implica una conciencia temporal: el desarrollo del tiempo es origen de lo bueno y lo malo.

A su vez, es un aprendizaje desarrollado en diferentes etapas y situaciones.
En primer lugar, encontramos la socialización primaria, centrada en la familia, donde el niño aprende los primeros principios de la vida (hablar, andar…)
Y más tarde se adquirirá la socialización secundaria, desarrollada dentro de la escuela, junto a los amigos, en el lugar de trabajo…
En ésta última se llegará plenamente al conocimiento más especializado, es decir, a través de la escuela el niño debe estudiar para llegar al verdadero aprendizaje, y, para esto, tiene la obligación de orientarse por el maestro, sin rechazar la autoridad de éste.

A su vez, el maestro ha de ser capaz de avivar al alumno en el desarrollo de sus conocimientos intentándole inculcar los usos responsables de la libertad, pero sin obligarlos a renunciar a ella, aunque destacando que la educación en ocasiones implica cierta imposición de autoridad que sólo pasando por ella podremos librarnos posteriormente.

Sin embargo, en dicho libro Closet afirma que llegado al caso poco importa lo que se enseñe si el docente no despierta la curiosidad del niño mediante la utilización de algún cebo.

Savater, cuestionándose la decadencia de la educación humanista, responde a lo anterior que no existe educación mientras no exista verdad que enseñar (verdad no absoluta si no muy parecida a nosotros; concepto propio de la metodología científica)

Además, finaliza diciéndonos que la enseñanza se conserva porque contempla positivamente muchos de sus conocimientos, habilidades e ideales, pero, a la vez, readmite muchos otros de manera universal.
Afirma también que de todos, el ideal fundamental que la educación actual debe conservar es la universalidad democrática; según Savater, un esfuerzo imposible de renunciar (Savater ve este elemento como el más importante logro de todos, pues durante siglos la enseñanza había servido para discriminarse entre las diferentes clases).




En conclusión, Savater se centra en una serie de puntos interesantes y fundamentales en el desarrollo de la educación: el papel que juega el maestro en ella, la situación actual de las familias y la universalización de la educación.
Son aspectos que requieren una profunda atención para llegar al fin de la cuestión.
En primer lugar, cabe destacar la pésima situación actual de las familias a las que hace alusión Savater, ya que ésta situación ha llevado a eliminar esa socialización primera de la que hablábamos anteriormente.
Por ésta razón, la escuela posee ahora una doble labor, no sólo adhiriendo al niño una serie de conocimientos si no los valores que no han sido implantados dentro de su familia. Es por esto que el maestro debe aceptar el “valor de educar”.

No obstante, deben también tenerse en cuenta las autoridades educativas, que colocadas a un escalón más arriba del maestro, tienen la obligación de hacer universal la propia educación preocupándose más por el “cómo” enseñar que por los contenidos propuestos para la enseñanza.

Para finalizar, sólo añadir como valoración personal que este es un libro que todo docente debe haber leído para reflexionar sobre dichas ideas e intentar proponer una serie de procedimientos para guiar la educación en nuestro país.
Por último, sólo destacar que entre todas las ideas fundamentales sobresale como principal: para enseñar, primero hay que “haber vivido”.
Esta idea en sí conforma el soporte de la propia vida; una vida llena de circunstancias de toda clase, pero que en todo caso necesita un momento de instrucción para adquirir el verdadero ejemplar de excelencia que se debe enseñar y que, en ocasiones, es erróneo para muchas personas.

martes, 19 de enero de 2010


Anécdotas filosóficas



La Filosofía, ya se sabe, es una cosa muy seria, pero también se puede tomar con humor.

Si ya lo decía Francis Bacon:
“Tener tranquilo el ánimo y alegre el humor, es uno de los preceptos cuya práctica contribuye más a alargar la vida".

Así que ahí van algunas curiosidades y anécdotas filosóficas para pasar el rato.

· Una de Tales: Según nos cuenta Platón, parece que Tales de Mileto se cayó a un pozo mientras estaba contemplando las estrellas. Este hecho le hizo mucha gracia a una sirvienta, la cual riéndose de él le dijo algo así: “Tanto preocuparte por conocer las cosas del cielo, se te ha quedado oculto lo que estaba bajo sus pies”. Platón también se burlaba del hecho, afirmando que dicha burla venía muy bien a todos los que dedican su vida a la filosofía. Aunque cuenta otra leyenda, que Tales aprovechó sus conocimientos, obtenidos observando las estrellas, para prever una buena cosecha de aceitunas y hacer con ello un buen negocio. Parece, que el buen Tales compró la cosecha de aceitunas con antelación y obtuvo grandes beneficios.

· A Heráclito no le gustaban los médicos. Parece ser que padecía hidropesía, pero como pensaba que los médicos lo único que hacían era cobrar por hacer sufrir a uno, decidió aplicar un remedio casero. Así que, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se enterró en estiércol. Pero, parece que el remedio casero no le funcionó muy bien, según cuenta la leyenda, unos perros salvajes le encontraron y no dejaron de él ni los huesitos.

· Pitágoras concentrado en su trabajo. Está claro que a Pitágoras no le gustaba que le molestaran cuando trabajaba. Tal es el caso que, cuando entraron los partidarios de Cilón en su casa, para matarlo, él trazaba figuras geométricas en el suelo con una tiza. Y no tuvo otras palabras para su asesino que “Hazme el favor de no pisar ese triángulo”.

· Platón, no se llamaba Platón. Como todo el mundo sabe se llamaba Aristocles, sin embargo le cambiaron el nombre. Unos afirman que le llamaron Platón por sus anchas espaldas y buena proporción, vamos que estaba cachas. Otros afirman que fue llamado así por lo amplio de su locución, (era un poco pelma). También existe la versión de que nuevo nombre fue motivado por su ancha frente.

· Diógenes era un poco cínico. En una ocasión en que fue puesto a la venta como esclavo, cuando le preguntaron por lo que sabía hacer, el ni corto ni perezoso respondió: “mandar, comprueba si alguien quiere comprar un amo”. Otra que no tiene desperdicio. En otra ocasión le invitaron a la lujosa mansión y le advirtieron de no escupir en el suelo, el tío sin cortarse un pelo escupió al dueño, diciendo que no había encontrado otro sitio más sucio.

· A San Agustín, el de Hipona, no le gustaban los preguntones. Una vez le preguntaron: qué hacía Dios antes de crear el mundo. Él, muy fresco, contestó: “Estaba creando un infierno para las personas que hacen preguntas como esa”.







domingo, 17 de enero de 2010


PAIDEIA: UNA PEDAGOGÍA LIBERTARIA
La escuela libre Paideia funciona de forma autogestionaria, no sigue las costumbres ni formas de la enseñanza oficial, sea estatal o privada, tanto con los niños como con el colectivo adulto. Tiene formada una cooperativa y Un colectivo. En tiempos anteriores la Cooperativa tenía rasgos diferentes del colectivo, en la actualidad ambos colectivos se han integrado en uno, El Colectivo Paideia. Este colectivo se compone de personas que realizan su trabajo en la escuela a tiempo completo y por otras personas que tienen otros trabajos fuera de la escuela y que cuando lo terminan se incorporan a la dinámica de la escuela que suele ser a partir de mediodía. Las personas que tienen otro trabajo además de colaborar en la dinámica educativa, ayudan económicamente a la escuela en su constante situación deficitaria. La responsabilidad es compartida en todos sus aspectos; las decisiones son colectivas y asamblearias y cada persona da según sus posibilidades y recibe según sus necesidades. Como la aportación económica que hacen padres y madres es la mínima posible y debe cubrir: Transporte escolar, desayuno, comida, merienda, material escolar, desperfectos y desgaste de edificios, la remuneración de las personas que trabajan en la escuela, se hace de la siguiente manera: se pagan todos los gastos y lo que sobra se reparte entre las cinco personas que trabajan en la escuela a tiempo completo. Nadie deja de asistir a la escuela por cuestiones económicas, ya que el Colectivo asume esas situaciones siempre que se presentan.

La pedagogía libertaria es un modo diferente al que estamos acostumbrados de concebir la educación. Por educación entendemos la asimilación por parte de las personas de una sociedad, de los valores y comportamientos que rigen su funcionamiento. Por tanto las sociedades y sus modelos de funcionamiento dependen de la educación para perpetuarse en el tiempo.
Pero la sociedad predominante pretende mantener ciertas estructuras y formas de poder injustas, ya que no permiten el desarrollo igualitario de las personas, creando clases dominantes tanto política como económicamente. Este autoritarismo lo manifiesta la sociedad desde la educación para crear personas dependientes, autoritarias y competitivas que asumen las injusticias del sistema como algo natural a la humanidad, integrándonos en un sistema insolidario y que mantiene desigualdades, violencia, enfrentamientos y explotación. Paideia busca una transformación global de la sociedad. Para ello es necesario cambiar muchos de los valores de la sociedad actual, a través de la educación buscando Apoyo mutuo, solidaridad, libertad, igualdad ético colectiva, dignidad y responsabilidad, es decir, la dicha y el bienestar del ser humano.

Toda la sociedad influye en la educación por ello no debemos quedarnos solo en la transformación de la escuela, ya que la vida es la principal escuela. No tenemos que centrarnos solo una determinada edad, la infantil, para introducir estas ideas y comportamientos, aunque es la edad más importante para introducir valores cuando todavía la sociedad, la familia, el poder, y los medios de comunicación no han influido negativamente en nosotros. Sino que esta educación debe ser una forma de funcionamiento continua en nuestras vidas.

La pedagogía libertaria hay que entenderla unida a todo un movimiento social. La educación está para reproducir las relaciones sociales y culturales generadas por el sistema capitalista. Basándose en los principios de disciplina y autoridad, haciendo que las personas desde pequeñas se habitúen a pensar y actuar como le conviene al sistema establecido. Los principios, que en mayor o menor medida, sigue la educación libertaria son:

· Libertad del individuo. Libertad del individuo pero colectiva, teniendo en cuenta a los demás y desde la responsabilidad a vivir en grupo.
· En contra de la autoridad. Nadie manda a nadie todo se hace por compromisos asumidos y desde la decisión colectiva, abierta y sincera.
· Autonomía del individuo. Cada individuo tiene derechos y obligaciones asumidas voluntariamente, responsabilidad colectiva y respeto. Las personas afrontan sus propios problemas, crean sus propias convicciones y razonamientos.
· El juego como acceso al saber. Desde el juego es más fácil desarrollar la solidaridad y el trabajo colectivo, la socialización y el ambiente positivo, alegre y sincero.
· Coeducación de sexos y social. La educación es igual y conjunta, sin discriminación de ningún tipo por razones de genero o económico sociales.

Para crear personas libres que sepan autogestionarse es preciso que cada individuo decida, escoja y trate de aquello que le interesa sin necesidad de las órdenes de nadie, siendo consciente de sus propias limitaciones, que la persona elija qué, cómo, cuándo y dónde quiere trabajar los conceptos, actividades y actitudes necesarios para su educación. El auto-didactismo permite aprender por uno mismo aquello que se quiere aprender, fomentando la cooperación didáctica pidiendo ayuda a otras personas.

La Auto-evaluación con registros de observación y pruebas de madurez comprueba las actitudes internas y con el grupo, además de intereses, necesidades y relaciones tanto intelectuales como afectivas y sociales. Rompiendo con los exámenes como formas represivas y competitivas de saber como esta siendo el proceso educativo. Además, se reparten entre todas las personas tareas cotidianas como limpiar, recoger, o administrar materiales y dinero del colectivo, manteniendo responsabilidades acordes con su capacidad y posibilidades de edad. La Asamblea se convierte en el marco para tomar las decisiones de grupo sin autoritarismo buscando la mejor solución para los problemas, y donde se asumen compromisos y se auto-comprueba su cumplimiento. Las asambleas pueden ser de grupos más pequeños para temas puntuales que afecten a un número menor de personas o generales en las que participa todo la colectividad.

Éstas son algunas ideas para poner en práctica formas libertarias en la educación, pero el camino es largo y continuo, ya que hay muchos problemas a los que tendremos que enfrentarnos si queremos crear prácticas pedagógicas libertarias. Cada asamblea, cada decisión, cada discusión, y cada intento son un paso más a valorar positivamente.

domingo, 10 de enero de 2010

Escuela de Summerhill




Alexander Sutherland Neill y la escuela de Summerhill

En este caso nos centraremos en otra escuela pionera de una pedagogía antiautoritaria, pedagogía no directiva o pedagogía libertaria, pero en este caso más democrática, como la califica su creador, para empezar situaremos un poco donde se encuentra y en que consiste esta escuela.
Summerhill es una escuela inglesa fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill. Es una de las pioneras dentro del movimiento de las Escuelas democráticas. Atiende a niños de educación primaria y secundaria. Actualmente la directora es la hija de A.S. Neill, Zoë Neill Readhead.


Es de gran importancia saber que una escuela democrática se caracteriza por dos principios básicos: la posibilidad de que los alumnos escojan si quieren asistir a clase y la dinámica de las asambleas, donde todos participan, para decidir las normas de la escuela.
Esta en particular, se destaca por defender que los niños aprenden mejor libres de los instrumentos de coerción y represión usados por la mayoría de las escuelas. Todas sus aulas son opcionales, los alumnos pueden escoger las que desean frecuentar y las que no desean.
En “Summerhill” se desarrolla una educación basada en los siguientes principios pedagógicos que Neill defendió en sus obras:
• Firme convicción en la bondad natural de los seres humanos.
• La felicidad como máxima aspiración de la educación
• El amor y el respeto como bases de la convivencia
• La importancia de la corporalidad y la sexualidad.

A partir de estos principios que se relacionan con el pensamiento de Rousseau y Wilhelm Reich, la escuela funciona con unas características especiales que la diferencian de las escuelas convencionales. Entre ellas destacan:
• Ausencia de exámenes y calificaciones.
• Asistencia no obligatoria a las clases.
• La asamblea como órgano de gestión.
• Ausencia de reprimendas y sermones.
• Trato igualitario entre niños y adultos.
En esta pedagogía no se marca de manera estricta un camino o modelo concreto a los niños. Es necesario procurar que se autodeterminen sin coacción ni miedos y que escojan la forma de vida que los haga más felices. El adulto debe evitar proyectar en los pequeños sus anhelos y frustraciones para conseguir este objetivo.
Aunque se ofrecen clases y talleres de todo tipo, Summerhill es sobre todo una comunidad antes que una escuela. El auténtico aprendizaje se da en la convivencia de chicos y chicas, el autogobierno y el ejercicio de la responsabilidad. Gracias a una interacción respetuosa con los demás, los chicos aprenden a vivir en sociedad.
Además, destaca la importancia dada al juego y las actividades artísticas y creativas, como el teatro o la danza. Frente a esto los libros pasan a un segundo lugar en la educación, y hay materias que desaparecerían por completo, como la religión.
Implica un gobierno que es la asamblea, en ella adultos y niños intervienen y votan con total igualdad para resolver conflictos o decidir leyes. Su funcionamiento está también reglamentado y existen varios cargos sin poder y rotatorios para escribir las actas de las reuniones o moderar los debates.
Una vez más podemos ver cómo funcionan otras formas de organización de una escuela y cómo hay diferentes modelos educativos , y no sólo hay que ceñirse al que nos han enseñado siempre, es tan simple como poner un poco de interés en los que se han utilizado anteriormente.
Por último y en palabras de Neil, "un niño debe vivir su propia vida - no una vida que sus padres quieran que viva, no una vida decidida por un educador que supone saber lo que es mejor para el niño".

Este sistema de educación es en parte positivo ya que los niños viven su propia vida y realizan lo que ellos en gran parte quieren sin quitarle importancia al estudio, pero por otra parte resulta conveniente destacar una parte negativa de este tipo de educación, que se basa en que estos niños puedan llegar a abusar de la libertad que se le brinda.
En realidad y como conclusión destacamos que estar en este colegio es principalmente un privilegio, a pesar de los inconvenientes que se pueden ocasionar aunque no debemos dejar de lado que la escuela no es más que un reflejo de la sociedad, una escuela como Summerhill nos indica un alarmante fracaso de los valores de la sociedad. Un niño, un adolescente necesita modelos, límites, normas y valores en los cuales reflejarse.

sábado, 2 de enero de 2010

La realidad como una gran confusión.





La mentalidad actual es difícil de ser comprendida. Existe un ámbito de confusión y de desorientación referente hacia dónde vamos, de dónde venimos…; tanto el pensamiento como las prácticas educativas de hoy se caracterizan por éste ambiente de confusión.

Si los educadores logran tener un recto conocimiento del hombre, su naturaleza y de su realidad, se pude ayudar a la ciencia de la educación a salir un poco de la confusión y del desconcierto en que se navega. Es preciso entonces, recurrir a una verdadera filosofía para que la acción educativa reciba una adecuada orientación.

Los modos de vida, las condiciones sociales, están viviendo profundos cambios. La industria, el campo, la salud pública, el ajuste social y definitivamente la educación, todo se sumerge en un momento histórico cambiante y que presenta necesidades muy distintas a las de las sociedades anteriores. Es una realidad que muchos de éstos cambios constantes de los que hablamos han traído grandes beneficios para el hombre y su entorno. Sin embrago, también es cierto, que en el plano humano, el individuo se ha visto alejado de principios de vida fundamentales de una existencia plena.

Se nos ha olvidado, en medio de tanto ajuste y cambio, que los principios de una verdadera filosofía pueden ofrecer al hombre un criterio válido para interpretar y valorar la vida y el significado de la misma. El hombre, desde hace un siglo se encuentra inmerso con mayor profundidad cada vez, en una crisis. Nos referimos a la relación del hombre con las nuevas cosas y circunstancias que han surgido de su propia acción o que, indirectamente se deben a ella.

De un modo general, puede decirse que los cambios que se han producido han surtido efectos tanto positivos como negativos. Por una parte, hoy en día, los niños tienen más libertad y la democratización de la familia ha aumentado; por otra parte, el control paterno, necesario en ciertos casos, es menor; y también lo es la interacción social en el hogar. Muchas veces se exige de la escuela que compense las deficiencias del hogar.

El ser humano tiene necesidades cada vez más diferentes a las de antaño, necesidades de autorrealización, de estabilidad emocional y de comunicación afectiva. El avance en su camino hacia la libertad a veces lo ha alejado de su verdad. Si la verdad libera, deberemos entonces replantearnos una concepción de vida que reconcilie los dos términos y que en el caso del proceso educativo, revalore muchos aspectos de la realidad del ser para fomentar una filosofía que le otorgue una certidumbre y una confianza en su potencialidad humana.

La necesidad de ideas claras que orienta su desarrollo y lo ayuden al progreso continuo de sus sociedades, ha hecho que el pensamiento humano trascienda e indague sin descanso por los más recónditos rincones del saber. El fin básico de hacer un recorrido por la Filosofía de la Educación, tiene sus fundamentos en ayudar al maestro a encontrarse a sí mismo y adquirir una visión cimentada en bases racionales sobre el sentido de su vida. Eso definitivamente contribuirá en la formación y en la orientación de sus alumnos. Es una convicción que la verdadera filosofía es el alma de toda sana formación.

Como cimiento de este proceso llamado vida, la verdad se pondera como el factor capital de la educación. Una mala concepción de la vida puede desencadenar una mala formación, una equivocada instrucción. Las prácticas y las experiencias educativas en nuestros tiempos, nos han llevado a enriquecer el concepto filosófico de la educación. La reflexión, la búsqueda y la sensibilidad han invadido el nuevo discurso educativo. Las interrogantes de la época tal vez sigan siendo similares a las de antaño, pero los enfoques de respuesta nos plantean nuevas posibilidades de acción pedagógica.