domingo, 17 de enero de 2010


PAIDEIA: UNA PEDAGOGÍA LIBERTARIA
La escuela libre Paideia funciona de forma autogestionaria, no sigue las costumbres ni formas de la enseñanza oficial, sea estatal o privada, tanto con los niños como con el colectivo adulto. Tiene formada una cooperativa y Un colectivo. En tiempos anteriores la Cooperativa tenía rasgos diferentes del colectivo, en la actualidad ambos colectivos se han integrado en uno, El Colectivo Paideia. Este colectivo se compone de personas que realizan su trabajo en la escuela a tiempo completo y por otras personas que tienen otros trabajos fuera de la escuela y que cuando lo terminan se incorporan a la dinámica de la escuela que suele ser a partir de mediodía. Las personas que tienen otro trabajo además de colaborar en la dinámica educativa, ayudan económicamente a la escuela en su constante situación deficitaria. La responsabilidad es compartida en todos sus aspectos; las decisiones son colectivas y asamblearias y cada persona da según sus posibilidades y recibe según sus necesidades. Como la aportación económica que hacen padres y madres es la mínima posible y debe cubrir: Transporte escolar, desayuno, comida, merienda, material escolar, desperfectos y desgaste de edificios, la remuneración de las personas que trabajan en la escuela, se hace de la siguiente manera: se pagan todos los gastos y lo que sobra se reparte entre las cinco personas que trabajan en la escuela a tiempo completo. Nadie deja de asistir a la escuela por cuestiones económicas, ya que el Colectivo asume esas situaciones siempre que se presentan.

La pedagogía libertaria es un modo diferente al que estamos acostumbrados de concebir la educación. Por educación entendemos la asimilación por parte de las personas de una sociedad, de los valores y comportamientos que rigen su funcionamiento. Por tanto las sociedades y sus modelos de funcionamiento dependen de la educación para perpetuarse en el tiempo.
Pero la sociedad predominante pretende mantener ciertas estructuras y formas de poder injustas, ya que no permiten el desarrollo igualitario de las personas, creando clases dominantes tanto política como económicamente. Este autoritarismo lo manifiesta la sociedad desde la educación para crear personas dependientes, autoritarias y competitivas que asumen las injusticias del sistema como algo natural a la humanidad, integrándonos en un sistema insolidario y que mantiene desigualdades, violencia, enfrentamientos y explotación. Paideia busca una transformación global de la sociedad. Para ello es necesario cambiar muchos de los valores de la sociedad actual, a través de la educación buscando Apoyo mutuo, solidaridad, libertad, igualdad ético colectiva, dignidad y responsabilidad, es decir, la dicha y el bienestar del ser humano.

Toda la sociedad influye en la educación por ello no debemos quedarnos solo en la transformación de la escuela, ya que la vida es la principal escuela. No tenemos que centrarnos solo una determinada edad, la infantil, para introducir estas ideas y comportamientos, aunque es la edad más importante para introducir valores cuando todavía la sociedad, la familia, el poder, y los medios de comunicación no han influido negativamente en nosotros. Sino que esta educación debe ser una forma de funcionamiento continua en nuestras vidas.

La pedagogía libertaria hay que entenderla unida a todo un movimiento social. La educación está para reproducir las relaciones sociales y culturales generadas por el sistema capitalista. Basándose en los principios de disciplina y autoridad, haciendo que las personas desde pequeñas se habitúen a pensar y actuar como le conviene al sistema establecido. Los principios, que en mayor o menor medida, sigue la educación libertaria son:

· Libertad del individuo. Libertad del individuo pero colectiva, teniendo en cuenta a los demás y desde la responsabilidad a vivir en grupo.
· En contra de la autoridad. Nadie manda a nadie todo se hace por compromisos asumidos y desde la decisión colectiva, abierta y sincera.
· Autonomía del individuo. Cada individuo tiene derechos y obligaciones asumidas voluntariamente, responsabilidad colectiva y respeto. Las personas afrontan sus propios problemas, crean sus propias convicciones y razonamientos.
· El juego como acceso al saber. Desde el juego es más fácil desarrollar la solidaridad y el trabajo colectivo, la socialización y el ambiente positivo, alegre y sincero.
· Coeducación de sexos y social. La educación es igual y conjunta, sin discriminación de ningún tipo por razones de genero o económico sociales.

Para crear personas libres que sepan autogestionarse es preciso que cada individuo decida, escoja y trate de aquello que le interesa sin necesidad de las órdenes de nadie, siendo consciente de sus propias limitaciones, que la persona elija qué, cómo, cuándo y dónde quiere trabajar los conceptos, actividades y actitudes necesarios para su educación. El auto-didactismo permite aprender por uno mismo aquello que se quiere aprender, fomentando la cooperación didáctica pidiendo ayuda a otras personas.

La Auto-evaluación con registros de observación y pruebas de madurez comprueba las actitudes internas y con el grupo, además de intereses, necesidades y relaciones tanto intelectuales como afectivas y sociales. Rompiendo con los exámenes como formas represivas y competitivas de saber como esta siendo el proceso educativo. Además, se reparten entre todas las personas tareas cotidianas como limpiar, recoger, o administrar materiales y dinero del colectivo, manteniendo responsabilidades acordes con su capacidad y posibilidades de edad. La Asamblea se convierte en el marco para tomar las decisiones de grupo sin autoritarismo buscando la mejor solución para los problemas, y donde se asumen compromisos y se auto-comprueba su cumplimiento. Las asambleas pueden ser de grupos más pequeños para temas puntuales que afecten a un número menor de personas o generales en las que participa todo la colectividad.

Éstas son algunas ideas para poner en práctica formas libertarias en la educación, pero el camino es largo y continuo, ya que hay muchos problemas a los que tendremos que enfrentarnos si queremos crear prácticas pedagógicas libertarias. Cada asamblea, cada decisión, cada discusión, y cada intento son un paso más a valorar positivamente.

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