miércoles, 16 de diciembre de 2009

Educación con temor


Si miramos a nuestro alrededor veremos en que espantosa confusión se encuentra el mundo. Lleno de guerras, muertes, injusticias, pobreza… Encontramos enfermos y sanos, riqueza y pobreza, y pueden haber toda clase de infortunios… pero así es la vida, y este mundo en el que vivimos.

¿Nos enseña a ver todo esto la escuela? Este tipo de educación no nos lo enseña la escuela, solo nos comunican hechos desnudos, pero eso no es suficiente. En la escuela no nos ayudan a prepararnos para afrontar esa vasta extensión de la vida con sus luchas, sufrimientos, guerras y desdichas… La mayoría de las veces la escuela se reduce a enseñarnos matemáticas, historia, música, etc. ámbitos y datos que a pesar de ser conocimientos fundamentales y básicos antes o después se olvidan, y dejan unas facetas más importantes para la vida, y nuestro devenir de lado.


Debemos comprender que la educación en la escuela no solo nos enseña a capacitarnos para conseguir un empleo, un título, o obtener conocimientos, pues la educación es más que eso. La educación, ya sea dentro o fuera de la escuela nos enseña a vivir en este mundo, a convivir, nos hace pensar y reflexionar acerca de las cosas, nos enseña el bien y el mal, lo conveniente y lo inconveniente, nos enseña a usar la razón, y muchas cosas más.

Podemos ver a la vida como un océano: El océano no es solo lo que vemos en la superficie, es muy profundo y si nos adentramos vemos muchas facetas y partes, donde habitan toda clase de criaturas. Lo mismo sucede con la vida, en la cual hay toda clase de goces, placeres, injusticias, dolores, etc.
La vida es todo eso, pero los estudiantes a veces no están realmente preparados par ella, en la escuela muchas veces nadie les habla acerca de todas esas cosas. En varias ocasiones al profesor solo le interesa dar un temario y pasar unos exámenes y no se interesa en abrir las mentes de los niños.

Hay un factor muy importante que incide en la educación: el miedo.
Mientras tengamos miedo, no estamos educados.
Siempre tenemos una figura en nuestra vida que nos imponga, que no nos haga sentirnos como realmente somos, una figura autoritaria que nos produzca cierto temor. Los niños pueden sentir temor por los padres, profesores, abuelos, amigos, familiares, exámenes... y así tanto en la escuela como en la casa se nos educa con miedo. Nuestra vida está modelada por el miedo, y desde la infancia hasta que morimos estamos atemorizados.

Y ya vemos, con ese miedo asistimos a la escuela y al colegio, y con ese miedo dejamos el colegio para encontrarnos con esta cosa extraordinaria, esta vasta corriente con su enorme profundidad a la que llamamos vida. Lo que tiene importancia primordial en la educación es ver que en ella se nos eduque para que estemos libres del miedo; porque el miedo embota nuestras mentes, mutila nuestro pensar, contribuye a la oscuridad, y en tanto vivamos con miedo no crearemos un mundo nuevo.
Por ello, es muy importante tanto para los maestros como para los estudiantes descubrir de qué modo se les educa, de forma que podamos crear una clase de mundo por completo diferente. Un mundo en el que podamos vivir juntos dichosamente, en el cual no existan el rico y el pobre, ni los grandes políticos que poseen todo el poder, la posición, el atractivo, ni los que carecen de todo privilegio, que nada tienen en la vida y deben trabajar incesantemente hasta que mueran.

La creación de un mundo semejante depende de los estudiantes y de nadie más; por eso es muy importante el modo como se les eduque y la clase de maestros que tengan. Si el maestro está atemorizado, tendrá estudiantes también atemorizados. Si el maestro es estrecho de miras, trivial, mezquino y sólo está transmitiéndoles información, entonces también los estudiantes tendrán mentes muy mezquinas y crecerán sin comprender qué es la vida.

Por lo tanto, es esencial que se les eduque apropiadamente, lo cual implica que han de desarrollarse en libertad; y no pueden ser libres si tienen miedo de sus padres, si temen a la opinión pública, a lo que podría decir la abuela. Si sienten temor jamás podrán ser libres. Pero podemos darnos cuenta en las escuelas que los maestros no han reflexionado sobre este problema del temor; porque en el momento en que se ejerce sobre una persona, sobre un estudiante cualquier tipo de compulsión para obligarles a que hagan algo, ya sea mediante la así llamada amabilidad o mediante un sistema de disciplina, ello crea inevitablemente temor.
Debemos cambiar ese modo de educación, debemos educar sin sentir ni trasmitir ese temor.

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