domingo, 27 de diciembre de 2009

sobre la educación

El niño aprende por sí sólo una gran cantidad de cosas antes de ingresar a la escuela, guiado por su interés y curiosidad. El sistema, privilegiando el aspecto social y regulador, reprime su mirada inquisitiva.
La autoestima, la curiosidad como placer, la cristalización de sus deseos en planes, el autocontrol, la generación de relaciones, el poder de comunicación y cooperación dependen de un entorno familiar basado en principios de libertad emocional que se traducirán luego en "yo puedo, soy el creador, sé imaginar y producir".
Por el contrario, la escuela estimula la adquisición de un conocimiento promedio antes que la búsqueda interior del genio dormido. Así, un ser libre pasa a responder a intereses externos. Bill Gates abandonó la Harvard para crear Microsoft . Pensar por sí mismo tiene sentido sólo si la persona es capaz de tener pensamientos propios (Erich Fromm).
En un mundo en el que los valores se encuentran en crisis, el espacio socializador de la escuela debe contribuir a formarlos mientras se aprende y se vive. La escuela no es una autopista o lugar de paso donde lo único que importa es cómo se entra y cómo se sale sino un sendero donde se disfruta el trayecto y lo que en él se crea. El objetivo es alcanzar la felicidad no como una estación a la que se arriba sino como la manera de viajar. Es decir que la escuela debe educar para la vida enseñando a ser, a hacer, a aprender y a convivir ya que desaparecerá si se convierte en una mera procesadora de tecnología o guardería. Su función será formar ciudadanos participativos, solidarios, con saberes y competencias para lograr así que el avance científico se transforme en un bien común.
Los niños indagan siempre el porqué de todas las cosas y hasta rompen sus juguetes para conocerlos. Este instinto es el más antiguo y los enriquece con cada pregunta y con cada respuesta. La escuela es el mapa, la realidad es el territorio. Por eso no hay espacio para el enciclopedismo. Es tan importante el saber como poder gestionarlo mediante la metodología de proyectos que tampoco se aprende en el colegio.
La escuela, por la necesidad de la actualización permanente, ya no será sólo para los chicos. Por lo tanto, la ocupación del adulto será volverse cada vez más niño cuando un mundo globalizado lo limita para poder crear. La juventud no coincidirá así con una edad cronológica sino con una actitud frente a la vida. El que mantenga su curiosidad intelectual intacta, sus esperanzas y el optimismo será joven a cualquier edad.
Últimamente los jóvenes van a la escuela prácticamente por obligación y no con el fin de ser alguien o hacer algo en la vida. Cumplen su ciclo y buscan salidas laborales de modo que no inventan su propia profesión como Bill Gates, antes que él la inventará no existía Microsoft, los jóvenes tienen que tratar de sacar el mayor provecho posible a vida.
Como conclusión encontramos que por todos estos problemas las escuelas quieren que sus jóvenes estudiantes se esmeren en crear soluciones a los problemas que hoy nos afectan
La labor de los docentes es enseñarles a los jóvenes nuestras verdaderas preocupaciones, el medio de la vida está en crisis.


Pensar por sí mismo tiene sentido sólo si la persona es capaz de tener pensamientos propios (Erich Fromm).
La principal actividad de los docentes debe ser enseñar a pensar, a comprender e interpretar el mundo. La lectura libros, informes, artículos requiere de múltiples habilidades relacionadas con el pensamiento; fundamentales para el desarrollo intelectual del joven estudiante.

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